jueves, 31 de marzo de 2016

Vía crucis en Hirmes. 25 de marzo de 2016

"Hubo un tiempo en el que en Hirmes se hacía un vía crucis, en la zona que llamaban el Calvario", así empezaba una larga conversación que tuve con Pepe Garzón, marido de Maribel.
 
Este año se ha hecho dentro de la iglesia bajo la dirección de dos monjas de Berja. Esperemos que vengan tiempos mejores y que el año próximo se realice en nuestras calles con mayor afluencia de público. Poco a poco se van recuperando costumbres, sólo pedimos vuestra participación.
 
 






























 
 
 
Saludos Benínar.

1 comentario:

Paco Ramón Maldonado Ruiz dijo...

Que de recuerdos me llegan a la memoria de los Vía Cruces de Beninar. Sobre todo cuando el los años setenta llegaban los seminaristas de Loja.
Se terminaba siempre en la última cruz que estaba colocada en la tapia del corral junto a la casa de Cosntanza, la catorce estación que empezaba en la iglesia y con dirección al calvario participaba casi todo el pueblo. Era la única vez en el año que un acto religioso tenía como escenario el Barrio Alto. Catorce cruces de madera muy simples que casi seguro nadie les dio el valor que representaban y por ello formarían parte de los escombros del pantano.
Tienen que acordarse mis paisanos de aquella canción que casi siempre entonaba Lola Ruiz, para seguir el resto de la gente cantando:
"Perdona tu pueblo Señor,
perdona tu pueblo, !perdónalo Señor!.
Ese era el estribillo que todos cantaban de las estrofas solo se acordaban Lola Ruiz.
Recuerdo donde estaban colocadas algunas, pero como la memoria me falla no las sitúo.
Las mujeres vestidas de fiesta (si es que tenían un vestido de fiesta, si no con ropa limpia la más nueva y planchada) y ya en los últimos días de llevar el velo las mujeres mayores.
No se guardaban dos filas como en las procesiones. En grupo se salía de la iglesia. El primero era el monaguillo con una cruz, con dos asistentes con dos velas y el que portaba el incensario.
Por supuesto que Frasquito el Sacristán abría el arca que había a la entrada de la iglesia que estaba llena de velas que los asistentes iban cogiendo y encendiendo.
Si en la actualidad hubiese ocurrido desde el Cerro de las Viñas se hubiese visto como un gusano de luz recorría el Barrio Alto de Benínar.
¿En que irían pensando los asistentes para pedir al Crucificado?. !Dios!.
No sé lo que pedirían las personas mayores por el tema del pantano, (ya que muchas de ellas prefirieron morir antes que salir del pueblo), lo que pedíamos los jóvenes en aquellos tiempos, es, que se nos diese la oportunidad de irnos a estudiar a Almería lo que fuese o como fuese para no regresar al pueblo. Teníamos claro que la continuidad del huerto, el arado o la vertedera, desde aquellos momentos dejaban de existir para nosotros. Fuimos la generación que se nos identificó "como los desertores del arado".
De las catorce veces que en determinados momentos teníamos que arrodillarnos, siempre se buscada un lugar en el suelo donde no hubiese piedras ya que las calles estaban empedradas.
A La última estación solo llegaban los jóvenes ya que al estar alumbrados por las velas solo las personas mayores se quedaban en el tramo de la puerta (¿de los Tomillos, de los Blancos?), donde vivían los abuelos de Antonio Blanco.
A mi abuela Mamanona (aunque ya había cumplido sus ochenta años) hacía el recorrido sin apoyarse del brazo de nadie aunque en el Vía Crucis había unos cuantos nietos.
A la vuelta nos estaba esperando Frasquito el Sacristan en la iglesia para recoger las velas en el arca ya que estaban allí para ser utilizadas sobre todo en los entierros y muy pronto en la procesión del silencio.
Recuerdo un pequeño crucifijo que se utilizaba (los tiempos no daban para tener un crucificado como hoy se ven el las procesiones de la TV, el Domingo de Resurección en el encuentro de la Virgen con su hijo en la plaza la imagen de Jesús era un NIÑO JESUS) en momentos especiales, que es de suponer que se encuentre en la Iglesia de Hirmes ya que aquel crucifijo siempre estaba en momentos especiales de Benínar.
!Perdónanos Señor!. Por no guardar incluso el único manto que se le colocaba a la Inmaculada (la que está a la entrada de la Ermita de Hirmes) el Domingo de Resurección en el encuentro en la plaza adornada con álamos blancos que sembraban los jóvenes para tal encuentro.
Perdónanos Señor por dejarnos en el camino no solo recuerdos, también objetos relacionados con dichos recuerdos.