Burriana en 1937 tenía unos 18.000 habitantes. Era una ciudad agrícola y muy
comercial, con una industria desarrollada en torno a la agricultura. La
explotación de cítricos era muy importante, también había fábricas de papel,
timbrado de seda, carpinterías, serrerías (que confeccionaban las cajas para la
exportación), maquinaria agrícola, molinos, porcelana, talleres, hojalateras…
Con un puerto que crecía en importancia.
Al estallar la guerra, la industria local pasó a ser controlada por los
sindicatos y el gobierno, concentrándose la producción para el sustento de la
población y el esfuerzo de la guerra.
Para hacer frente a la escasez de moneda fraccionaria, organizaciones
como la CNT, UGT (a través de La Unión Mercantil y del Consejo Administrativo
del Laboreo de la Tierra) y el Consejo Municipal emitieron billetes según sus
necesidades. Supongo que también hubo comercios que hicieron las suyas. Hoy
escribiré sobre la del 1 de diciembre de 1937 del Consejo Municipal.
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Burriana |
Emisión.
El 10 de diciembre de 1937 se reúne el pleno del consistorio y se acuerda:
“proceder a la emisión de moneda-papel necesaria para remediar los
conflictos que a diario se plantean en los pagos del comercio en general, ante
la carencia de moneda, a cuyo efecto, por la Presidencia se promoverá todo lo
concerniente para cumplimentar este acuerdo, desarrollando la emisión de que se
hace mérito en la cuantía de treinta y una mil pesetas distribuidas en:
-Doce mil billetes de circulación local de 0,25 pesetas.
-Doce mil billetes de circulación local de 0,50 pesetas.
-Veintidós mil billetes de circulación local de 1 peseta.
Depositándose al efecto, en billetes del Banco de España, el importe
de la mencionada emisión en la entidad denominada “Banco de Burriana” que opera
en esta ciudad, a fin de abonar en todo momento, a su presentación, a los
tenedores, en monedas o billetes del Estado o del Banco de España, el importe
nominal que expresen los valores de la emisión a realizar por esta
Corporación”.
Lo primero que llama la atención es lo tardía de la emisión, se aprueba
el 10 de diciembre (los billetes llevan fecha del día 1), fueron prohibidas por
el gobierno republicano un mes después y por acuerdo en pleno del Consejo
Municipal del 3 de febrero se retiraron, por lo que circularon apenas dos meses.
Esto explica el hecho de que haya tanto billete sin numerar y en muy buen
estado. No les dio tiempo a ponerlos en circulación.
Lo segundo son las cantidades de billetes emitidos:
-De 25 céntimos. 12.000 billetes. He encontrado billetes con numeración muy
superior, hasta el 21.999
-De 50 céntimos. 12.000 billetes. No he encontrado billetes con
numeración que supere la emisión.
-De 1 peseta. 22.000 billetes. He encontrado billetes con numeración
superior, hasta el 22.501
Antoni Turró en su libro “El papel moneda del país Valencià 1936-1939”
dice que se imprimieron billetes por valor de 52.500 pesetas. No sé de dónde
sacó este dato, no coincide con la cantidad que aprobó el Consejo Municipal el
10 de diciembre (31.000 ptas) pero sí explicaría las numeraciones superiores a
las cantidades teóricas emitidas. Se supone que se encargarían a posteriori más
ejemplares.
La empresa encargada de imprimirlos fue la imprenta Gráficos Fernández,
de Vinaroz.
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Anverso. Billetes procedentes de la subasta Belchite en Aureo & Calicó |
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Reverso. Billetes procedentes de la subasta Belchite en Aureo & Calicó |
Descripción.
Medidas: 99 x 54 mm
Anverso con el retrato del ilustre burrianense Rafael Martí de Viciana.
Leyenda: “EL CONSEJO MUNICIPAL PAGARÁ AL PORTADOR - 1 PESETA - BURRIANA 1º DE
DICIEMBRE DE 1937. Firmas: EL INTERVENTOR - EL DEPOSITARIO - MEDINA ALHADRA -
Rafael Martí de Viciana”.
Medina Alhadra fue el nombre que le dieron los árabes al lugar en el
siglo IX.
Reverso con el escudo de la ciudad y la leyenda “GARANTIZADO DE
CIRCULACIÓN LOCAL - BURRIANA 1º DE DICIEMBRE DE 1937. SERIE A. Firmas:
PRESIDENTE – SECRETARIO”.
Los tres valores son de la misma serie, A. Numeración en reverso con o
sin asterisco.
El de 25 céntimos, impreso en tinta negra y roja sobre fondo rojo pálido.
El de 50 céntimos, impreso en tinta verde y naranja sobre fondo naranja
pálido.
El de 1 peseta, impreso en tinta negra y verde oscuro sobre fondo verde
pálido.
Biografías.
+Presidente: Vicente Moliner Nadal (Burriana, 27 de marzo de 1903 -
Castellón, 21 de mayo de 1940). Maestro, político afiliado al partido socialista
y alcalde de Burriana durante la Segunda República.
Hijo de un panadero, se educó en el Seminario del Desierto de las Palmas
y en la Escuela de Magisterio de Castellón. Fue maestro en Alcora para luego
seguir en su localidad natal. Fue uno de los fundadores del Partido Socialista
Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores en Burriana. Se incorporó
a la vida política en 1936 como concejal de Instrucción Pública, pero la
irrupción de la Guerra Civil le hizo renunciar al puesto, motivado por los
actos de violencia que observó y al conocer de la ejecución en Barcelona del
exalcalde republicano de su localidad Víctor Marín.
Cuando el gobierno de Largo Caballero consiguió la disolución de los
Comités, restaurar las instituciones y poner por fin orden a las actividades
incontroladas en distintos puntos de la zona republicana a finales de 1936,
Vicente Moliner regresó al Ayuntamiento en febrero de 1937 como
alcalde-presidente del Consejo Municipal. Hasta la entrada en la localidad de
las tropas franquistas el 5 de julio de 1938, Vicente Moliner pudo acometer la
ejecución de las obras de los grupos escolares y las de comunicación.
Permaneció en su localidad natal, a pesar de haber podido huir camino de
Valencia con toda su familia con los salvoconductos que le habían sido
facilitados, por considerar que, no habiendo cometido delito de sangre alguno,
nada debía preocuparle. Sin embargo, fue detenido el 3 de agosto de 1939,
acusándosele de los desmanes habidos en Burriana al inicio de la guerra y de su
participación con la Columna de Hierro. Permaneció detenido a espera de juicio
en la prisión de la Mercé, junto a otros 1900 republicanos. A pesar de negar
todas las acusaciones, y reconociendo su militancia en el PSOE y la UGT, fue
llevado ante un Consejo de Guerra en el primer piso del Gran Casino de Burriana
(lugar habitual de los mismos desde el fin del conflicto) y condenado a muerte
por ser "responsable más o menos directo de cuantos actos se realizaron en
Burriana". Permaneció en la modelo de Castellón hasta el 21 de mayo de
1940, cuando fue fusilado en el Río Seco, cerca del cementerio de Castellón.
+Secretario: Juan Bautista Tejedo Beltrán. Alias “Batistet el Bessó”.
Nació el 12 de noviembre de 1877 y murió a los 75 años, el 2 de diciembre de
1952. Le llamaban El Bessó porque tuvo un hermano gemelo que murió nada más
nacer. Asistió durante su infancia a la escuela del maestro Mariano Selma.
Más tarde, cursó el bachillerato en Castellón, donde ya dejó muestras de su
pasión por la literatura. Marchó a Valencia a estudiar Medicina, aunque no
tardó en volverse a Burriana, sobre todo a raíz de la muerte de su padre.
Trabajó como oficial del juzgado de Burriana a las órdenes del Secretario
Judicial Carlos Sarthou.
De este cargo pasó a ser contable de la serrería Ros Monfort. A los 38
años, el 4 de enero de 1915, fue nombrado cronista y archivero de Burriana, y
el 29 de mayo de 1916 Secretario del Ayuntamiento.
Casado con Purificación Cabedo.
Como poeta costumbrista y en lengua vernácula, no hubo otro que llegara a
describir con tanta precisión e ironía la forma de ser y los sentimientos de
aquella Burriana que le tocó vivir. Sus colegas en el arte de escribir versos,
como Pedro Echeverría, lo calificaron como “l’as dels poetes”. Entre sus
célebres frases cabe recordar la de: ¡Civis romanus sum! ¡¡Soc de BURRIANA!!
El 7 de septiembre de 1930 en las fiestas del municipio se inauguró
lapida rotuladora de la calle dedicada al insigne poeta y digno secretario de
la corporación Juan Bautista Tejedo, celebrándose una fiesta en su honor.
En 1956 el Ajuntament de Borriana; Agrupació Borrianenca de Cultura
publicó “Obra Poética de D. Juan Bta. Tejedo Beltrán”.
+Interventor. Juan Bautista Fandos Domingo. Nació en 1893. Se casó el 3
de marzo de 1930 en la iglesia del Salvador de Burriana con Francisca Moreno
Monsonis. Nombrado Interventor de fondos de Corporaciones en mayo de 1929.
+Depositario. Juan Simarro Medina. También fue empresario. En 1918 abrió
una administración de lotería en Carrer Marí y en 1936 se dedicó a la cría de
mejillones en el puerto de Burriana. En 1962 desde el Ministerio de Comercio se
pensó en potenciar el cultivo de moluscos en el litoral español, se lo nombró
vocal de la Comisión que investigaría el potencial en la provincia de Castellón,
representando al Sindicato Nacional de Pesca.
Curiosidades.
En la
siguiente dirección podéis leer la siguiente historia de Burriana de cómo quedó
la economía local al terminar la guerra:
https://www.elperiodic.com/opinion/respetos/diners-bons-diners-roins_650
“Al estallar la Guerra Civil, en julio de 1936, cuatro eran las
entidades bancarias que había en nuestra ciudad (Burriana). Los Bancos de
Burriana, Vizcaya y Español de Crédito, ambos en la plaza del Capitán Galán (El
Plà) y el Banco de Valencia en la calle Cervantes. También la Caja Rural de
Crédito de la Cooperativa de San José, dentro de las limitaciones que tenía
impuestas por el Banco de España, ejercía las funciones llamémosle bancarias,
con sus socios cooperativistas.
Al quedar Burriana en zona republicana, el papel moneda de curso
legal, emitido en 1935 que había sido impreso en Inglaterra por la firma
Bradbury, Wilkinson & Cº, era el que mediante las operaciones de imposición
y reintegro, circulaba entre clientes y entidades. Posteriormente, se añadirían
a ellos la emisión de Burgos del 22 de octubre de 1937, impresa en Milán
(Italia) por la firma Coen & C. Banconote y la de Burriana que emitió el
Consejo Municipal el 1 de diciembre de 1937, impresa por Gráficas Fernández de
Vinaroz.
Tras la voladura de la torre campanario, a las 4 horas de la madrugada
del día 5 de julio de 1938, por la 203 Brigada del Ejército Republicano, a las
órdenes de un dinamitero mejicano, que hacía estallar 32 cajas de dinamita y la
posterior entrada de las fuerzas nacionales, lo que se denominó como la
liberación de Burriana, las familias que se habían distribuido por las
alquerías de nuestro término, regresaron a la ciudad. El día 7 del mismo mes,
se reunía en el Ayuntamiento una Comisión Gestora Provisional presidida por
Juan Feliu Urios que sería la encargada de iniciar las tareas de reconstrucción
de los servicios públicos, con el deseo de que todo volviera a una aparente
normalidad.
El proceso era lento, aunque paso a paso, la ciudad iba cambiando. Los
bancos volvieron a abrir sus puertas, así como la Caja Rural, pero el dinero
que había en sus cajas fuertes, no tenía ningún valor, “eren diners roïns”, ya
que cada zona tenía sus propias emisiones. D. José Marco Roig y D. José Gual
Sales, contable y cajero respectivamente de la Caja, eran los únicos empleados
que tenían que afrontar la demanda de los clientes, así como el gerente D.
Ramón José García Tejedo.
La entidad que había fundado mossén Joaquín Balaguer Martinavarro,
párroco de la Iglesia del Salvador, poseedor de la cartilla nº 1, tenía que dar
una solución rápida y satisfactoria y así lo hizo, de tal modo que fue la
primera que pudo entregar “diners bons” a sus socios cooperativistas.
La cartilla nº 2 pertenecía a mossén José Luis Adell García, vicario
parroquial y la nº 3 a D. Bautista Ríos Granell.
Como resulta que este último tenía pendiente de liquidar, unos envíos
de naranja de 1936, su primo y representante en Liverpool, D. Bautista Ríos
Enrique que le “pilló” el 18 de julio en Inglaterra, conocedor de la situación
en que se encontraba nuestra ciudad, se desplazó al Banco de Vizcaya de San
Sebastián y efectuó un ingreso en libras esterlinas que al cambio suponía unas
100.000 ptas., para que las hicieran seguir a la oficina de Burriana. Cuando
llegaron (desconozco el método operativo de la época), fueron retiradas e
ingresadas en la Caja Rural.
También D. Vicente Ríos Enrique y D. José Vicent Mingarro, se
adhirieron a la iniciativa y aportaron otras cantidades que habían podido
reunir, con las cuales se empezaron a conceder las primeras ayudas a los
afectados. Esta actuación solidaria, supuso un incremento importantísimo de
clientes que de las otras entidades pasaron sus cuentas a la Caja Rural,
convirtiéndola hasta la fecha, en la más importante del municipio.
Bautista Ríos Granell, era mi padre y nunca nos contó esta historia a
nadie de la familia. Fue D. José Rubert, estimado conversador que le acompañaba
en el camión que llevaba víveres y munición al frente republicano, meses antes
de fallecer, me la contó a mí y D. José Marco que estaba casado con una prima
hermana de mi padre y que por las tardes ejercía de oficinista de su despacho,
se la contó a uno de mis hermanos.”
Este estudio necesita más horas de investigación y aportes. A ti,
estimado lector, te animo a que lo continúes.
Un saludo.
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