domingo, 13 de agosto de 2023

El estanco de Benínar

No ha habido planta que haya tenido tanto éxito ni haya dado tantos beneficios económicos como la del tabaco (Nicotiana tabacum). Aquí en Granada se ha cultivado durante mucho tiempo hasta hace escasos siete años, se acabaron las subvenciones y dejó de ser rentable. En la zona de Vegas del Genil se pueden ver decenas de secaderos abandonados donde se colgaban una vez recolectadas y se dejaban secar. También se ha cultivado en Extremadura.

Su cultivo generaba gran cantidad de jornales, familias enteras dedicadas a su cultivo y recolección. Ahora, como con casi todo, sale más barato comprarlo en el extranjero. En este mundo globalizado los empresarios sólo piensan en aumentar beneficios y disminuir costes, no les importa cerrar una fábrica en Almería para abrirla en Marruecos, pero… ¿La calidad es la misma? Pues no.


Nicotiana tabacum


Con la llegada de los españoles a América se descubrieron gran cantidad de plantas, en este caso, se observó que los indios antillanos fumaban unas hojas que les daba una sensación agradable y placentera. En 1519 Hernández de Oviedo, gobernador de Santo Domingo, trajo las primeras hojas y en 1559 el historiador Hernández de Toledo las primeras semillas.

En el siglo XVI se creó el lucrativo régimen fiscal del Estanco del Tabaco, un monopolio del estado que tan rentable era que el propio Marqués de la Ensenada en el siglo XVIII dijo que eran “las rentas más pingües de la monarquía”.

En el primer tercio del siglo XVII se creó en Sevilla la primera fábrica de elaboración de tabaco que sería el embrión de la Real Fábrica de Tabacos.


Real Fábrica de Tabacos de Sevilla


Antiguamente había dos tipos de estancos, de décima y de salario. Los primeros además de tabaco vendían otros artículos, solían estar en lugares con poca población, el estanquero recibía el 10 por ciento de la venta. Los de salario eran aquellos cuyas ventas compensaban tener un empleado a sueldo, el límite se establecía en 900 reales al mes percibiendo el estanquero tres reales diarios, si vendía más de 1300 reales su salario se incrementaba un real más.

También hubo contrabando de tabaco, se compraba en Gibraltar, se transportaba en barco y desembarcaba en las playas de Adra, río arriba se distribuía por los diferentes pueblos de la Alpujarra.

Para que veáis su importancia para la Hacienda Pública, durante el confinamiento que sufrimos en esta pandemia se permitió que siguieran abiertos los estancos y que la gente pudiera salir a comprar tabaco. 

De los efectos indeseables de fumar no os voy a hablar ya que todos sabéis lo perjudicial que es.

Su nombre real es Expendeduría de tabacos, Estanco se refiere al régimen fiscal, también existía el Estanco de la sal y del papel timbrado. Había inspectores que revisaban los libros de cuentas para evitar fraudes.


Contrabando de tabaco


¿Cuándo se abrió el estanco en Benínar?

 El 18 de marzo de 1806 Pedro Fernández, vecino de Benínar, firma ante el Administrador de Rentas del partido de Ugíjar la concesión de un estanco de tabacos en el pueblo de Benínar.

Avala la concesión con un haza de tierra de riego, de ocho celemines de sembradura y cercada de álamos situada en la Vega del Lugar que linda con Juan Eugenio Maldonado, José Rincón Mayor y el río, que está tasada en cuatro mil reales.

En 1871 el estanquero se llamaba Juan Martín Moreno, estaba casado con Genoveva Lozano, tenían el negocio en la calle de la Iglesia nº 15.

En 1882 el negocio estaba en manos de un tal José Sánchez, en 1885 lo regentaba José Moral, en 1904 Juan Salinas, en 1916 Manuela Lozano Jiménez. El último estanquero fue Ángel Ruiz Roda.

El tabaco había que bajar a Berja y traerlo en mulo, cuando llegó la Alsina lo mandaban con ella.

En 1883 se vendían los siguientes tipos de tabacos:

-Cigarrillos largos engomados.

-Cigarrillos largos emboquillados.

-Cigarrillos cortos emboquillados.

-Cigarrillos cortos engomados.

-Cigarrillos de labor fina.

-Cigarrillos suaves, etc.

Como anécdota comentaros que el 11 de mayo 1916 se denunció un robo que así lo contaba un periódico de la época: “El comandante del puesto de Berja ha oficiado al Gobernador Civil participándole un robo cometido en la madrugada del día 11 de mayo de 1916 a la vecina del pueblo de Benínar, Manuela Lozano Jiménez, en su domicilio destinado a expendeduría de tabacos, de donde se llevaron los ladrones, según la dueña, 150 pesetas en metálico, 15 cajetillas de 50 céntimos, 18 de 25 céntimos y 80 de 20 céntimos. Abrieron para dicho robo un agujero en la puerta falsa de la casa por el cual metieron la mano y descorrieron el cerrojo.

Según todos los informes se cree sea falso el mencionado robo por las circunstancias que concurren en el hecho. Sin embargo, se continúan las diligencias a fin de discernir lo que haya de verdad”.

Saludos.