jueves, 9 de abril de 2009

Acequias y molinos de Benínar

Había siete acequias principales y dos secundarias, siempre a partir de «presas» levantadas en el río.
La prolongación de la vega estuvo asegurada por la superposición de pequeños sistemas de irrigación; este denso entramado quedó diferenciado arbitrariamente con la división administrativa consecuente a la creación de los modernos municipios. En la margen izquierda quedaban las denominadas:

1. -Acequia Real o de La Torrecilla, por el paraje de donde partía, nacía inmediatamente antes del molino homónimo (Darrícal) que usaba el agua para, sin dar lugar a regadío, verterla en la acequia; era la más larga del termino (unos cinco km.) y regaba los pagos de El Paso, Hortigüela, El Hornillo, El Cantoncillo, Los Blanquizales, Majalones, Ramblilla, La Joya, La Almazara y Las Cebadillas; en total, poco más de 2.000 celemines. Su primer tramo estaba excavado en piedra, al igual que La Zanja, aunque estaba cubierta.
Daba movimiento a tres molinos. El Molino de la Carigüela, situado en el paraje de Las Quintillas, quedaba emplazado en mitad de un bancal; en línea con el «sistema», disponía de un cubo y una sola piedra. Dejó de trabajar hacia 1960 y sus restos quedan anegados por las aguas del pantano; su situación coincide con la que recogen el Catastro de Ensenada para un molino, por lo que su estructura básica debe pertenecer a esta época. El llamado Molino de los Niños se ubicó en el paraje de La Almazara, en la Ramblilla de Hirmes. Al igual que el anterior, molía permanentemente. En el espacio geográfico, además del molino, existía una almazara (de ahí la denominación del área) en dirección a Darrícal y una yesera con un redil.
La Molineta estaba dentro del casco urbano y era de reducidas dimensiones: una piedra y un pequeño salto en una minúscula casilla para el trabajo.

2.- Acequia Colón, nacía también en término municipal de Darrícal, por debajo de La Torrecilla, gracias a unos surgideros naturales en el álveo; regaba unos 500 celemines del pago Colón, Peñón de la Jaca y Callejón de la Vega, expresiva denominación con la que se reconocía la extrema estrechez del área cultivada. Sólo los sobrantes regaban tierras de Benínar (Las Majadillas).

3.- Acequia del Lugar, nacía en Las Majadillas, término de Darrícal, unos cien metros enfrente y por encima de la Rambla de Turón, y regaba unos 200 celemines de los pagos de La Ramblilla y El Lugar. Definió el perímetro inferior del núcleo principal de la población, por lo que debió de ser diseñada con su fundación, probablemente de la segunda mitad del s. VIII a la primera del IX. Para salvar los Bcos Peneque y de Las Quiebras se construyeron sendas alcantarillas. Daba impulso al Molino del Puente, que se construyó al lado del puente (de ahí su nombre) y tenía un caz y un solo cubo que daba movimiento alternativo a dos piedras. Recibía el encanao (acequia que cruzaba el río o una rambla, impermeabilizándose con launa) del Molino de las Tres Piedras y, a su vez, la daba al Molino de Mecila. La acequia del Lugar tomaba el agua de un nacimiento en el Río y de la agua de éste, encauzándola después por debajo de La Vegueta, monte de olivos, mediante un túnel al que se unían dos minillas más.

4.- Acequia de La Habana, la más baja, captaba las aguas en la desembocadura del Bco del Muerto, atravesando los de Peneque y Las Quiebras; terminaba en el molino, de donde evacuaba al Río, y regaba unos 80 celemines. El Molino Hondero quedaba inscrito en este pequeño sistema, que regaba unos 50 celemines en el Pecho del Algarrobo, de donde sacaron las piedras para el pantano.
Por la margen derecha se distribuyeron las conocidas como:

5.- Acequia del Rincón Alto, que regaba unos 60 celemines de Darrícal.

6.- Acequia del Rincón Bajo, nacía en La Yesera y atravesaba con una mina el tramo inicial del Tajo del Río; regaba unos 1.000 celemines de los pagos del Rincón Bajo, La Rambla y Mecila Alta, el único paraje del municipio que se regaba con los sobrantes, es decir que no dispuso de derecho a riego fijo.
El Molino de las Tres Piedras, situado en la Rambla de Darrícal, disponía de cuatro naves y tres cubos; aunque sólo molía cuando se regaba, por lo que todas las tardes el molinero revisaba la toma de la acequia; el agua sobrante se vertía en el Río durante el invierno, pero en verano se encanaba hacia el Molino del Puente.

7.- Acequia de La Mecila, partió enfrente de El Murallón, algunas decenas de metros por encima del Puente de la Ctra a Turón. Movía el Molino de Mecila, que estaba ubicado, como el anterior, a la otra orilla y con su agua se regaba la Mecila Baja. Era de grandes dimensiones (dos cubos) y tomaba el agua de la acequia homónima, conduciéndola mediante un caz o acequia terriza (en Benínar siempre lo fueron de tierra). Movía también una almazara colindante.

8.- Acequia de Los Pantanos, lindaba con El Murallón donde recogía las aguas del nacimiento homónimo, que era un surgidero natural a un lado del lecho del Río, regaba unos 70 celemines.
Los dos sistemas menores se localizaban Río abajo, también en la margen derecha.

Estaban constituidos por las Acequias del Tajo de las Palomas, con una galería curva, excavada en el tajo del cauce y que regaba doce celemines, y la del Espolón, Río abajo, con veinticuatro celemines.
Saludos.

2 comentarios:

paco maldonado dijo...

¿Será posible encontrar los orígenes de los molinos de harina de Beninar?
Tengo algo escrito y necesito información.

Francisco Félix Maldonado Calvache dijo...

Paco, todo es posible si se sabe donde buscar.
Cuando se construía un molino se hacía escritura ¿verdad? Debes buscala en los protocolos notariales de Berja que estan en el Archivo Histórico Provincial de Almería.
Buena suerte.
Un saludo.