A la mayoría de vosotros la historia os resulta
aburrida. Fechas, datos y narraciones de acontecimientos históricos hacen
bostezar a más de uno (servidor en ocasiones incluido) pero de vez en cuando
aparece algún documento que hace resonar el eco de las carcajadas en las salas
de consulta vacías de los archivos de este país.
Os
transcribo una partida de defunción. El hecho ocurrió en el municipio de La
Matanza, Buenos Aires (Argentina) en 1881 y dice así:
“El infrascripto, Eusebio Rodríguez, alcalde,
certifico que don Manuel Chico, que muerto lo tengo de cuerpo presente, tapao
con un poncho, al parecer reyuno, le sorprendió la muerte al salir del baile de
don Rufino “El Catalán”, de la quebrada de doña Pepa. Lugar muy conocido y de
pública voz y fama en el pago.
Interrogao
el cadáver por tercera vez y no habiendo el infrascripto obtenido respuesta
categórica alguna resuelve darle sepultura en el campo de los desaparecidos
conforme cuadra su circunstancia física de que certifico.
Nota:
hago constar de que el finao era muy amante de la bebida y muy dado a las
galanterías amorosas, por cuya circunstancia tenía una cicatriz en la quijada
izquierda producida por un cucharón de grasa caliente que le arrojó al rostro
de la cara la hija de la parda Nicolasa, no se sabe por qué zafaduría.
Vale.”
Por
lo que hagamos hoy así seremos recordados mañana.
Saludos.
1 comentario:
Lo de preguntarle al muerto varias veces es una costumbre medieval. En el Principado de Andorra, aún se viene haciendo.
Se ve que son de los que también les cuesta cambiar la Constitución.
José Añez
Publicar un comentario